A LOS QUE VENÍAN Y YA NO ESTÁN
Antes eran fiel presencia, compañía, se han marchado, ni en otra vida resucitan, infames que cortaron de la amistad, su guarida desvencijando los cansados brazos que se les tendían. A los que venían y ya no están, a los que tomaron de las ventanas el alpiste primero dejando las cascaras de lo que no entendieron, no solo se les arropó, se les cuidó con celo y en la tempestad de la ingratitud, se perdieron. Hoy les dejo mis encaminados ritos donde los conmino a que detengan ese vuelo la vida da vueltas y como José Alfredo, “arrieros somos y en el camino andamos” sigan, vayan, aten y desaten en su devenir la palabra amigo con la palabra olvido, de todos modos, hoy son solo un pasado al que siempre en mi presente, bendigo.
Blanca N. García González (TARDE GRIS)
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