El mundo disputa contra mí, pero yo no disputo contra nadie. El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional.
Sé como un muerto, inafectado tanto ante los halagos como ante los insultos. Del mismo modo que si alguien te quiere entregar algo y no lo recoges, él se queda con ello, si alguien te insulta y tú no recoges el insulto, él se queda con el mismo.
Mantén la bendita indiferencia ante la ganancia y la pérdida, la victoria y la derrota.
Incluso del apego al Nirvana hay que liberarse.
Los seres son dueños de sus actos, herederos de sus actos, hijos de sus actos; todo acto que cometan, sea bueno, sea malo, de aquél acto heredarán.
lo envió Javier |