Es mi alcoba,
lugar donde me refugio,
donde el silencio me acompaña
Donde la oscuridad se rompe
Con la luz de la vela,
la que aroma a parafina
deja siempre en el ambiente
Una fruta mal oliente
se encuentra arrinconada
Señal del abandono en que se encuentra la casa
Una botella vacía, tanto como mi alma,
Junto a la copa, en la que ayer bebía,
Por tu partida, brindaba,
ahogándome por dentro,
Sintiendo el veneno
que me dejaron tus labios
Esos labios que tantas veces,
los míos ansiaron
Las flores parecen tristes…
Ya su color se ha deteriorado
Un día ha pasado y casi
secas se encuentran
Mis lentes,
derrumbados sobre el libro de poesías
Aquella que de Gustavo Adolfo Becker te leía
Ha pasado un día de tu partida.
La estancia está más sombría.
No se escucha más tu risa.
Ni mi voz leyéndote las poesías.