Colocarte en el lugar de otra persona implica ser uno con el otro por un instante, para saber cómo siente y piensa, a diferencia muchas veces de lo que nosotros creemos o interpretamos acerca de ellos.
Estar en el lugar de otro, de vez en cuando, especialmente cuando vas a criticarlo, evitará dejarte llevar por la reacción y cometer una equivocación.
Hoy pensaba que eliminar la crítica y el juicio de nuestra vida diaria es una tarea difícil de realizar, especialmente si has sido formado en este principio. Al mismo tiempo, reflexionaba en lo pacífica que se tornaría nuestra existencia si lo lográsemos. Piénsalo por un momento... ¿Estás de acuerdo?
Siempre es más fácil ver desde afuera los errores que cometen los demás, pues fuimos enseñados a fijar nuestra atención en otros y no en nosotros.
Algunas veces la actitud crítica se vuelve un hábito difícil de concientizar; otras veces son la rabia, el dolor, la frustración, la envidia o los celos, la fuente de motivación para criticar duramente al otro, sin darnos cuenta que ignoramos una de las leyes que preserva el equilibrio del Universo, la Ley de acción y reacción, que es la causante de que todo lo que hagamos o entreguemos a los demás, nos sea devuelto siempre en la misma dirección, e incluso con mayor intensidad en casi todos los casos.
De esta manera la vida nos permite aprender al experimentar en nosotros mismos las consecuencias de nuestra forma de actuar.
La próxima vez que sientas ganas de hacer algún comentario negativo acerca de alguien, detente y reflexiona:
¿Puedes con tu comentario mejorar su actitud o comportamiento; o tal vez darle solución a esa situación, o evitar un conflicto, o enfrentamiento posterior? Si la respuesta es no, detente, porque puedes causar más daño que bienestar.
Si la respuesta es sí, entonces escoge el momento y las palabras que usarás para compartir con ellos tus sugerencia, dirigidas a construir y aportar.
"Camina por la vida suavemente para no herir a otros y al mismo tiempo hazlo con firmeza para dejar una huella producto de tu diferencia".
Sigamos siempre la enseñanza de Jesús: "Ama a tu prójimo como a ti mismo".
Desconozco su autor