La victoria sobre el miedo a la vida,
abre las puertas a nuevas perspectivas.
En realidad, lo que mata la novedad
no son los demás, sino el miedo
de uno mismo de ir y experimentarlas.
Hay el temor de lo desconocido
y esto impide que un individuo
rompa sus propios paradigmas.
Pero, ¿qué realmente perdemos
al mantener una vieja postura?
Probablemente, perdemos el maravilloso
chance de cambiar el curso
de nuestra propia historia.
Somos los arquitectos de
nuestra propia existencia
- pero, para que realmente
ejerzamos nuestra "profesión",
necesitamos mucho coraje.
La recompensa es muy alta.