Cristo Jesús: en este día de espera y de esperanza, quiero estar muy cerca de tu Madre y mía, María, que sigue en pie, con el dolor, la fe y la esperanza inconmovibles.
A pesar de que ha visto a un Dios que ha muerto, al primer y principal apóstol que ha negado por tres veces a su Maestro, al último apóstol que lo ha vendido, ella cree y espera.
Con Juan me uno a Ella y también creo y espero en tu gloriosa Resurrección.
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