Una constelación de sentidas emociones en su cadente y elíptico deambular; una pálida lluvia de tristezas otoñales deslizándose por los ventanales de mi pesar.
Cada recuerdo se debate en cruzada santa, la fe y la esperanza son las sábanas blancas que protegen cada ilusión y cada latido, de la tenacidad feroz del polvo del olvido.
Desandando sin equipajes la senda recorrida, desprendiéndome de todo y de casi todos; acarreando solo la nostalgia y la melancolía unidas en gótica trilogía con mi dolor.
Ausencias voluntarias, encuentros malogrados, y esta desolada soledad que hoy ha pesado con una cruel gravedad ajena a este mundo. Me pierdo en la noche triste y meditabundo...
¡Cuánto lo necesito! ¡Cuánto lo extraño¡ estremecerme de emoción en un abrazo, el suave éxtasis de tus dulces labios, flotar en la ingrávida esencia de tu Amor.
(Fabián Ruiz)
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