Hay una ventana en tu corazón a través de la cual puedes ver a Dios.
Hubo una vez en que esa ventana era transparente.
Tu visión de Dios era clara.
Podías ver a Dios tan vívidamente como podías ver un hermoso valle o una colina.
Entonces, de pronto, la ventana se quebró.
Una piedra rompió la ventana. Una piedra de dolor.
Y de repente ya no fue tan fácil ver a Dios. La vista que había sido tan clara había cambiado.
Estabas confundido. Dios no permitiría que algo como eso ocurriera, ¿verdad?
Cuando no lo puedas ver, confía en Él … Jesús está más cerca de lo que jamás soñaste.
En el ojo de la tormenta
Aunque no lo veas, Él está tan cerca de ti que ni te imaginas cuán cerca está.
Deja de mirar la ventana rota y comienza a ver quién está más cerca de esa ventana.
¡Te sorprenderás!