El general Jorge Rafael Videla, el almirante Emilio Massera y el brigadier Orlando Agosti, los tres miembros de la Junta Militar que encabezaron
el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. Videla fue designado presidente de facto entre 1976 y 1981
Videla presidió la Junta Militar hasta 1981 y, tras cumplir el período de 5 años establecido, fue reemplazado por Roberto Eduardo Viola.
Este fue el período más largo que un militar ocupó el cargo de presidente de facto en el país.
Además, Videla se desempeñó como Jefe del Ejército Argentino entre 1975 y 1978.
Durante la última dictadura militar en Argentina (1976-1986), se estima que unas 30 mil personas fueron víctimas del crimen de desaparición forzada
según organismos de derechos humanos. Ese negro período de la historia del país se caracterizó por la persecución, el secuestro,
la tortura y el asesinato de manera secreta y sistematizada de personas por motivos políticos y religiosos.
Hugo Banzer Suárez fue el único dictador latinoamericano que consiguió retornar a la presidencia por la vía democrática: en 1997
ganó las elecciones con el 22 por ciento de los votos. Su relación con la Junta Militar argentina fue estrecha: Videla y Banzer Suárez fueron socios
en la Operación Cóndor, intercambiaron prisioneros y fueron aliados regionales. En medio del conflicto argentino-chileno por el canal del Beagle,
Banzer se reunió en secreto con Videla para informarle que Chile había fortificado su frontera y que había puesto
minas en Arica, según reveló en una entrevista el entonces ministro del Interior Juan Pereda.
La diferencia con otros dictadores como el paraguayo Alfredo Stroessner y el chileno Augusto Pinochet,
es que Videla careció de partidarios y ningún partido político lo reivindica en Argentina,
salvo minúsculos grupos de exmilitares o sus familiares.
El gobierno de Videla encontró en las Madres de la Plaza de Mayo un gran cuestionamiento público,
expreso a partir del 30 de abril de 1977, cuando las primeras 14 madres acudieron a la plaza
para hacer escuchar el reclamo por el paradero de sus hijos y nietos
Tras la recuperación de la democracia en 1983, Videla fue juzgado y condenado a prisión perpetua y destitución del grado
militar por crímenes de lesa humanidad cometidos durante su gobierno. El 22 de diciembre de 2010 fue condenado a prisión perpetua
en cárcel común por el caso conocido como UP1, sobre fusilamientos en la Unidad Penitenciaria 1 en Córdoba. Y el 5 de julio de 2012
fue sentenciado a cincuenta años de prisión por el delito de secuestro y sustracción de identidad a menores de edad ocurridos durante la última dictadura militar en Argentina