El nocturno abecedario que nos habla en su dialecto del insecto que en las noches y en insomnios acompasa sus rumores en sordina con la ruina de la casa.
La puntual destiladera conque ritmos de clepsidra nos hidrata la emoción con la nota de la gota que al caer sobre del agua dentro a la húmeda tinaja, metaliza una canción.
Los ladridos que a la luna lanza un famélico can; los pasos que a media noche oímos pasar por la acera sin saber a dónde irán.
Y el ratoncillo que roe; y el reloj que dio la hora; y el viejo mueble que cruje y las sombras en derroche.
El viento entre las rendijas... ¡Rumores de media noche!