Cuidado con la autocompasión. Es tan dañina como cualquier adicción. Proporciona un placer momentáneo, pero genera costumbre y destruye la auténtica alegría y disminuye la personalidad.
Cuidado con la autocompasión. Es tan dañina como cualquier adicción. Proporciona un placer momentáneo, pero genera costumbre y destruye la auténtica alegría y disminuye la personalidad.