CADA UNO EN UN RAÍL
Unos niños jugaban a caminar sobre los raíles de una vía de ferrocarril
abandonada. Caminaban en fila india y a cada pocos pasos perdían el
equilibrio y se caían.
Hasta que dos de los niños se subieron cada uno en un raíl, extendieron
un brazo, se cogieron fuertemente de la mano y caminaron por toda la vía.
Como individuos no lograban avanzar, pero trabajando juntos lo lograron.
El poder de la colaboración es la multiplicación.
A veces, en la vida, no podemos avanzar solos y es entonces cuando
necesitamos la mano del otro. La vida no es para vivirla solos, es para
vivirla en compañía y juntos avanzar por el camino. Muchos pierden
de vista este principio y no saben vivir en equipo en sus familias,
trabajos, universidades o en la misma iglesia.
¡Vamos! ¡No sigamos solos! Juntos, tú y yo, podremos caminar
sobre los rieles de la vida.
"Más valen dos que uno porque obtienen más fruto de su esfuerzo.
Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante!
Si dos se acuestan juntos, entrarán en calor. Uno solo ¿cómo va a calentarse?
Uno puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!"
Eclesiastés 4: 7-12
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