Hoy eliminaré de mi agenda dos días: ayer y mañana.
Ayer fue para aprender y mañana será la consecuencia
de lo que hoy pueda realizar.
Hoy me enfrentaré a la vida con la convicción de que
este día jamás volverá.
Hoy es la última oportunidad que tengo de vivir intensamente,
pues nadie me asegura que mañana volveré a amanecer.
Hoy tendré la audacia de no dejar pasar ninguna oportunidad.
Mi única alternativa es la de triunfar.
Hoy invertiré mi recurso más importante: mi tiempo,
en la obra más trascendental: mi vida.
Cada minuto lo realizaré apasionadamente
para hacer de hoy un día diferente y único en mi vida.
Hoy desafiaré cada obstáculo
que se me presenta con la fe de que venceré.
Hoy seré la resistencia al pesimismo
y conquistaré al mundo con una sonrisa,
con la actitud positiva de esperar siempre lo mejor.
Hoy haré de cada tarea ordinaria una expresión sublime.
Hoy tendré los pies en la tierra comprendiendo la realidad
y la mirada en las estrellas para inventar mi porvenir.
Hoy tendré tiempo de ser feliz y dejaré mi huella y mi presencia
en el corazón de los demás.
Hoy, te invito a empezar un tiempo nuevo en el que soñemos
que es posible cuánto nos propongamos y lo realicemos
con alegría y dignidad.
De la red