Un marido celoso llama por teléfono a la casa:
- Vieja... ¿dónde estás?
- En casa
- ¿Segura?
- Sí!
- A ver... prendé la licuadora...
- RRRRRRHHHHHHH!!
- OK, adiós
Otro día, lo mismo:
... - Vieja.. ¿dónde estás?
- En casa
- ¿Segura? Prendé la licuadora...
- RRRRRRHHHHHHH!!
- Bueno... nos vemos a la noche.
Al día siguiente, el marido decide
llegar a la casa temprano y sin avisar:
- Hola, hijo... ¿y tu mamá dónde está?
- No sé, pá... Salió y se llevó la licuadora.