Una madre de un hijo se encuentra de nuevo embarazada.
Va al médico y le hace una resonancia.
- Malas noticias... -dice- es niño pero viene con malformaciones graves.
Después de unos segundos de sorpresa, MARÍA, la madre no acierta a reaccionar...
- Le sugiero que decidan acabar con este sufrimiento cuanto antes... Y DIRECTAMENTE LE DIO CITA PARA ABORTAR.
Confusa y en lágrimas, MARÍA habla con su marido, que no sabe qué hacer.
“INMEDIATAMENTE LLAMÉ A PABLO” Y va a ver al Padre Pablo, su confesor y amigo...
- ¿Por qué a mí? - mientras estalla en lágrimas...
-
Míralo desde este punto de vista: vas a tenerlo muy poco tiempo
contigo: disfrútalo... DISFRUTA AL MÁXIMO DE LA VIDA DE TU HIJO...
Cambia la perspectiva y en los restantes meses de embarazo intentan dar a su hijo todo el cariño que unos padres pueden dar.
EL PADRE Pablo estuvo en el parto, todo el tiempo, desde antes de que Juan naciera.
La fotografía es de una madre felicísima con su hijito deforme.
En las exequias de Juan (que así se llamó al niño en el bautizo) mirando el sacerdote a la madre dijo:
-
Juan ha cumplido en sus 8 meses de gestación y dos días la misión que
Dios tenía para él. Imagínate qué crack y lo contento que estará El
Señor con él...
Meses después anuncia María al Padre Pablo que esta vez espera una hija. Le dice un nombre y éste le dice:
- No, tu hija se va a llamar Blanca. Estaré contigo el día del parto en el hospital.
Y Blanca la llamaron.
El Padre Pablo murió en un accidente, EL MISMO DÍA EN QUE NACIÓ BLANCA, TAN SÓLO UNA HORA ANTES del nacimiento.
Y
UNOS MINUTOS PREVIOS AL PARTO, SE COLÓ EN EL PARITORIO UN REPARTIDOR DE
FLORES CON UN RAMO DE FLORES BLANCAS DE PROCEDENCIA ANÓNIMA. María,
que supo al día siguiente que el Padre Pablo había muerto, tenía la
certeza de que el Padre Pablo no había faltado a su palabra...
(Desconozco el autor)