Quizás algún día, me digas que has dejado de amarme, pero ese día será demasiado tarde, hasta hará intentar un olvido.
Hoy te das el gusto de lo que soñaste en tantas madrugadas, el de despertar y sentir mi cuerpo tibio.
Quizás tus ansias de nueva dicha sigan apresando mis sentidos, pero quiéreme de frente, no quiero que todo sea fingido.
Quiero ser la mujer a la que ames, no la que llene tu gran vacío, porque jamás podrás pensar en un adiós inesperado, porque quiero creer que ni en sueños podrás vivirlo.
Porque fueron tus caricias, las que mi piel han quemado, y mis pasiones las que te dieron delirios.
Yo se que no podrás huir, de mi prisión incierta, porque tendrás noches sin auroras, viajes sin regresos, y yo estaré volando en el espacio azul de tu cuerpo, encerrada en el laberinto secreto de tu cuerpo.
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