Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Creaciones_Gabito
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 General 
 ENTREGA PREMIOS ASISTENCIA DIARIA 
 ❥❥¸.•`*´´¨ ASISTENCIA DIARIA¸.•`*´´¨❥❥¸ 
 OFRECIMIENTO Y PETICIONES FIRMAS 
 ESPACIO DISEÑO Y FIRMAS UTOPIA 
 ALEJANDRO FERNANDEZ VIDEOS 
 SECRETOS DE LA ABUELA] 
 POEMAS CANELA 
 REFLEXIONES 
 ✿*¨ ¨*✿ RETOS DE LA SEMANA ✿*¨ ¨*✿ 
 TODO SOBRE EL (PSP 7) Tubes imagenes etc 
 ALEJANDRO FERNANDEZ VIDEOSº*º*º 
 Recetas y secretos de la Abuela 
 DISEÑADORA SOLITA 
 Diseñadora 
 
 
  Herramientas
 
General: EL MAL
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: MARILU9268  (Mensaje original) Enviado: 09/10/2013 03:05
Imagen3_zps37f954a7.jpg

 Hola amiga

Este es el ofre sorpresa

El mal nos mira


–Papá, tengo miedo – exclamó, jadeante, el niño. Sus ojos dilatados y sudorosos, por la gripe, señalaban el armario –. El cuco nos está mirando…

–No seas tonto, Jona, no existe tal cosa como el cuco o el hombre de la bolsa. Solo son cuentos de la abuela para asustar a niños como vos – explicó el padre, mientras acomodaba las cobijas y daba una mirada fugaz alrededor de la habitación.

El niño esbozó, inseguro, una sonrisa.

El padre se levantó del borde de la cama y caminó hacia el armario. A mitad de camino, el chico le gritó:

–Está bien, papá. Te creo –. El padre sonrió –. Solo, hoy, no apagues la luz, por favor.

–De acuerdo.

Jonatán tosió y se retrepó en la cama. Dio una cándida mirada a su papá, se excusó con un bostezo y cayó, profundamente, dormido. La gripe lo había golpeado fuerte, sus defensas aún estaban bajas. Necesitaba descansar.

El padre dio un último vistazo al armario, pero sin acercarse lo suficiente ya que negaba la posibilidad de que alguien se encontrase oculto dentro de tan pequeño espacio. ‘No seas iluso, no hay nadie en el ropero.’

Al mirar atrás y ver a su hijo ya dormido, decidió apagar las luces y esta vez, con mera intención, cerrar también la puerta, imposibilitando que la luz del pasillo se colase en la habitación. ‘Lo siento, Jona, pero ya estás grande.’ 

El padre meditó aquel pensamiento por un instante, pero click, sonó el interruptor, seguido del chirrido de la puerta de madera.

Ya en el corredor, Martín alzó la vista y se mantuvo pensativo; observaba una foto familiar que colgaba de un recuadro de marcos dorados sobre el muro color durazno. Era un pedazo de su vida, nítidamente capturado por el fotógrafo de la familia el día en que Jona terminó la infantería (apodo que solía utilizar para mencionar el pre-escolar); su hijo en el centro, su mujer a la derecha y él a la izquierda, todos con grandes sonrisas impregnadas en el rostro. Había sido un día muy placentero y memorable, el comienzo de una nueva etapa; el reemplazo de la bolsa por la mochila, el enterito verde por el guardapolvo…

–Mierda, crecen tan rápido… – se dijo en un sollozo, y emprendió la marcha. Salió del corredor y el sonido de sus pasos se fue apaciguando hasta desaparecer en las lejanías de la cocina, dejando a Jonatán indefenso, sumergido entre las sombras de su cuarto.


Al día siguiente, Martín fue sacado fuera de la cama por el desgarrador grito de su mujer. 

Corrió en calzoncillos, fatuo hacia ella. Sus ojos lagrimeaban al intentar enfocar la vista clara en el camino. Su cabeza aún se encontraba sobre las almohadas.

Al cabo de unos segundos, el lloriqueo desenfrenado de su mujer cesó de golpe, y logró despertarse por completo. Ella se encontraba de rodillas frente a la puerta de la habitación de Jona, con los pelos enredados y el cuerpo bañado en lágrimas. Parecía abandonada de sí misma.

– ¡Mi vida! , ¿¡Qué sucede, qué te pasa!? 

La mujer gimió para tragar saliva y contestar pero solo agachó la cabeza y se sentó sobre sus piernas. El cabello enmarañado le cubría el rostro y, con lo que pareció ser su última fuerza, alzó la mano, y con la punta de su dedo índice, empujó la puerta de la habitación.

Jonatán colgaba del ventilador, con ambas piernas mutiladas y una soga atada al cuello. El cuerpo se balanceaba, trémulo, hacia adelante y hacia atrás. Una de las extremidades descansaba sobre el borde de la cama, donde el padre había estado sentado la noche anterior, segundos antes de haberle prometido a su hijo de siete años que no apagaría las luces. 

–Jo… - balbuceó Martín, intentando articular palabra, pero no pudo.

De inmediato, se abalanzó dentro de la habitación, tomó a su hijo de las caderas y lo descolgó sin delicadeza. Lo llevó sobre la cama. Lo abofeteó en el rostro:

– ¡Despertáte, Jona, despertáte!...por lo que más quieras, ¡despertáte!

No hubo respuesta.

No había demostrado signos vitales en absoluto; Jona ya llevaba avanzadas horas como adorno de la muerte.

El padre rompió a llorar sobre el cuerpo mutilado de su hijo y desvió la mirada hacia la izquierda, con un movimiento lento y entumecido.

El ropero estaba abierto.


A/D

 

 

hallo-hocuspocus_zpsd6843e9c.jpg



Primer  Anterior  2 a 4 de 4  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: Sol Solgraficos Enviado: 09/10/2013 11:24

Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: Berto1982 Enviado: 09/10/2013 20:15

Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: campitos0 Enviado: 09/10/2013 20:58

¡¡¡y terrorífico!!!


Primer  Anterior  2 a 4 de 4  Siguiente   Último  
Tema anterior  Tema siguiente
 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados