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A ella le dedico estas palabras de cariño, porque sin ella yo no sería la persona que soy.
A ella le agradezco las alegrías de mi vida, porque ella es la gran alegría que llegó a mí.
A ella nunca la dejaré sola, porque ella ha estado conmigo en mis momentos más difíciles.
A ella amiga le debo sus consejos, porque ella es como la luz de mi largo camino.
A ella le debo el gran apoyo que me ha brindado, porque ella siempre está para escucharme, pues ella siempre me aconseja y me ayuda a desahogarme.
A ella le doy las gracias por toda su comprensión, porque ella me alienta y me da la mano para salir a adelante.
A ella le agradezco sus momentos de atención, porque ella me escucha sin pedírselo y nunca me da la espalda.
A ella le doy las gracias por todas sus palabras de consolación, pues ella se desvive por mí, porque no me quiere ver sufrir.
A ella le doy mi vida, porque ella es como el ángel que siempre me cuida y me protege.
A ella le ofrezco mi sinceridad, mi apoyo, mi cariño y todo, porque cuando la necesito, ella siempre está ahí conmigo.
A ella y a Dios les agradezco por todo lo que me han brindado, porque ellos son algo muy preciado en mi vida.
A ella la quiero demasiado, porque ella es el gran apoyo que yo necesito aunque a veces creo que ni cuenta se da.
Por ella doy hasta mi propia vida, porque ella es el ángel que siempre estará ahí cuando necesite su apoyo y sus consejos.
Por ella es que escribo este poema, para decirle todo lo que significa en mi vida y lo valioso que es tenerla no solo como una gran mujer, también como una gran persona, a la cual le agradezco los grandes momentos de alegría.
Autor: José Antonio López
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