Hoy me encantaría observar tu encandilada mirada, que llega a invadir la mía. No pienses que solo capto lo que es la realidad de no poder amarme. Dichosa aquella que hace matices en tu expresión silenciosa. No siendo una sorda de tus melodías. ¡Orgullosamente grito al cielo! Siendo testigo de tu original sentido opuesto. Marcando brechas que abren mi camino hacia simbologías que crecen en mi instinto. Puedo olfatear tus llantos ciegos, por aquellos amores que dejaron huellas por no entender tus culpas. Solo digo que aprendí amar sin límites y barreras que dejo cobijar en mis sueños... Gracias por hacer enternecer mi corazón y mis sentidos, marcaste el egoísmo que no deja abrir puertas y seguir dándole paso a quien se lo merece.
Desconozco el autor
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