Para creer en el destino
Es necesario tener la certeza
Que el Rio de mi vida acabara en la montaña.
Que cálida son las noches en los desiertos de mis sueños.
Que la oscuridad ilumina la esperanza del pasado.
Que tanto dolor ha valido la pena.
Para creer en la Eternidad.
Es menester ignorar.
Que las infinitas probabilidades del universo no harán coincidir nuestras almas.
La promesa de ser tu mí veces y la mía de no ser mil veces yo.
Que la luz ciegue toda oscuridad posible.
Que no valió la pena el dolor.
DE LA RED