Los defectos siempre están presentes, pero el amor que sentimos en el momento, nos hace obviarlos, o sencillamente, ponemos en una balanza las virtudes y pesan más que los defectos.
Cuando empezamos a ver los defectos, que siempre estuvieron allí, puede ser el comienzo del fin del amor. Puede ser una señal que nos indica que se nos está acabando el amor.
Y es que también he traído a estas páginas con anterioridad, una definición de querer y amar que leí y que comparto plenamente: se quiere a alguien cuando nos gustan esas virtudes, pero se ama a alguien cuando nos gustan esas virtudes y aceptamos sus defectos.
Y no sólo hablamos de amor de pareja. Para cualquier madre, hasta el más convicto de los asesinos es un alma bondadosa. Para un hijo, aún la mujer más deforme y horrible, si es su madre, será por siempre hermosa.
Y eso es lo bello del amor. Nos hace que no veamos las cosas malas…
… hasta que se nos cae la venda de los ojos…
Luis Castellanos