Otra vez llueve, de nuevo se empañan mis cristales, de nuevo la melancolía se ahoga en mi garganta.
Siento las gotas de lluvia, que chapotean en los charquitos de mi tristeza, mojando el alma, reclinada en tu recuerdo.
Busco afanosa tu pelo, para enredarlo entre mis dedos pero miro y veo el hueco de tu ausencia.
Despliego el corazón que te llama con impaciencia, pero me recuerda, que está a la espera.
Que debo de ser paciente, que volverás a mí, cuando llegue la hora.
Que como cada día, sonará el timbre, y veré de nuevo tu silueta, en el quicio de la puerta.
Y humedeceré cual lluvia tus labios, con los besos, que en los cristales empañados, he dibujado.
Desconozco el autor
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