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No borraré el dulce sabor de tus besos y tus caricias de mi cuerpo.
¡No me pidas eso!
No me pidas que te olvide, porque no quiero.
No me pidas que no te ame, porque no puedo.
No me digas que vas a marcharte no tienes que hacerlo.
Si vas a irte, vete, pero no me digas que te estoy perdiendo.
No me asesines de esa manera déjame vivir con tu recuerdo, vete tranquilo y no digas nada.
De verdad, no es necesario yo te comprendo y porque te amo, te permito hacerlo.
Vete, vete sin remordimientos por mí no te preocupes sabré mantenerme viva soñando tu regreso y cuando estés lejos…
¡Cuando no halles otros labios como los míos incansables de besarte!
¡Cuando comprendas que tú y yo somos uno, que nos pertenecemos!
¡Cuando comprendas que nadie como yo podrá amarte ni te ha amado!
Cuando la cruz de la tristeza empiece a doblegarte el alma.
¡Regresa amor mío!
Que amándote igual o más que el primer día
¡Con los brazos abiertos, te estaré esperando!
Desconozco el autor
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