SUS MANOS
Sus manos. Sus manos entre todas, entre todas las manos manchadas, con el devorador ritmo de sus danzas y los vellos rellenos de estrías, teñidas con racimos de polen, ocultos de mustios harapos.
Sus manos. Sus manos que fueron las que maltrataron, a parejas de esquirlas florecidas, en los viajes recorridos por la oquedad, de sus escombros añejos. Sus manos.
Sus dos manos con cinco dedos cada una, y sus espigas rugosas y enfermas, zumbando el tacto de sus corazones, hacia la hojarasca de los difuntos.
Sus manos. Sus manos ardiéndoles, en sus lluvias de otoño, de inéditos lloros, abominables, cuando emerge la maldad de sus fuegos.
Sus manos. Sus dos manos manchadas, sin que los blancos guantes, puedan hacer desaparecer sus delitos.
Sus manos. Sus dos manos.
Nota: Del libro de poemas: Setenta y cinco lunas, de José Salguero Duarte..
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