Contacto de piel a piel por momentos, poseída,
tendida sobre tí en cálida intimidad, abstraída,
cerrando los ojos y la mente en blanco, vencida,
desangrada y en carne viva, llegué sin pasos, perdida.
Enterrando las manos, arañando la vida,
te entregué sin palabras mis profundas heridas,
inmóvil, abrazada por tu tiempo coloreando mis mejillas,
suavizando mi rictus, llenaste mi alma de fantasías.
Fui de a pocos, como si te estuviera besando,
recorriéndote, sin dar descanso a la mano,
dibujando las sensaciones de cuando estoy amando,
imaginando tu pecho junto al mío, suplicando.
Arena blanca, brisa suave junto a tu playa,
desataste mis deseos de su cuerpo y de su almohada,
húmeda sensación penetrando por mi espalda,
compartiendo tus amores de arena y agua salada.
Cómplices de tanta historia con un dedo dibujada,
marcando las huellas de tu cuerpo y de mis ganas,
meditando el porqué mis deseos te reclaman,
el porqué yo soy arena y tú eres playa.