Volverás a verme, en los rincones más oscuros de la noche, entre despedidas encallados en el viento, que se niegan a evaporarse en la bruma.
Volveré a perderme, entre el brillo apagado de tus ojos, en el silencio matutino del ayer, en el recuerdo que se ahoga en una lágrima.
Volveré a ser, la nada que nunca ha existido, la luna que ha visto tú sonrisa, y ha muerto en tú tristeza.
Volveré a ser, tú sombra que no se arranca, te olvidaras que he existido, me olvidare que no existías...
Volverás a ser, la savia que alimenta mi vida, un dulce recuerdo olvidadizo, un mayo tibio e inmortal.
Volveré a quererte, y tú, como sí nada, me abandonaras en noches desiertas, bajo el rocío y el eco de una ciudad que no duerme.
Volveré a morir, con mi sien atravesada por tus cabellos, con mi alma mal herida por tus ojos, con mi pasado muerto por tu voz...
Volveré a caer.
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