Un triste adiós
Dueña de mis cariños has sido
la felicidad tenía tu nombre
mis pies caminaban hacia nuestro nido
donde el amor era nuestra cumbre.
La eternidad es parte de la vida
el hecho es que aún no es posible
el concebirla, de la mano juntos
tendrá que ser distantes, errantes
junto a la soledad nuestra enamorada
Si me pides un ¿Por qué? o un culpable
sugeriría preguntemos a los corazones
y encontremos el saldo de amarnos
desearnos hasta liberar un suspiro.
Hoy sólo sé que te quise pero no más
aceptarla tu decisión sea cual sea
pues me guiaré con sinceridad hacia vos
ya que te apoderas de toda felicidad
pues estás formada una hermosa mujer
Pedirte que me des tu perdón
por despedazar tu corazón
sería como lograr verte sonreír
por simple desilusión.