No necesito silencio,
pues ya conozco tu voz
la conozco desde ayer
desde hoy, desde siempre,
la tengo grabada a fuego
en la memoria.
No siento la sed,
pues ya he bebido tu sudor,
lo he bebido noche a noche
implacable, sedienta.
Ya no tengo los ojos para verte,
pues ya he visto tu cuerpo trigueño,
tu alma despojada del disfraz
de hombre seductor,
tu mirada clara
sin el antifaz de tu rudeza.
No muero de frío,
la luna cobija mi cuerpo cuando está denudo
tus brazos me arropan,
tus manos me socavan.
No hace falta el aliento,
pues ya he probado tu beso sublime,
me he emborrachado de ti mismo
hasta desfallecer mi alma,
con tu ser al rojo vivo.
No me falta la piel para sentirte mío.
Porque ya estás fundido en mí,
cuando ya has sacado al hijo
del fondo inquebrantable de la tierra.
Te conozco íntegramente
centímetro a centímetro sin equivocarme,
Desde la cabeza hasta los pies
yo sé quien eres a ojos cerrados,
te huelo desde le lejos,
te acaricio desde antes.
Me basta la vida que llevo dentro
para conocerte para verte sin mirarte
tu beso para beberte,
tus ojos para extasiarme,
tu aliento para respirar en tu piel,
tus brazos y tus manos para tomar mi ser,
ya nada me falta de ti,
todo lo tengo de ti,
nada me falta
nada,
y al hacerte el amor,
no necesito nada….
Tu cuerpo…
me basta.
Desconozco el autor