Mi amor nacía en calamidad dolorosa
que va más allá de todo sufrimiento,
y aún con todo y nada yo la deseaba;
conocí la miel al probar su aliento,
y con fino aroma de blanca rosa
su sublime boca besaba.
Pero algo faltaba,
mis labios con su espera
anhelaban un beso de otra manera;
cerré mis ojos aún sabiendo que escondía,
los besos de otro que nada merecía,
que se marchó y dejo su alma partiendo
y con la suya la mía…
Opacad mi llanto… Que me estoy muriendo.
Supe que su devoción estaba presta
que tal vez hallaría un sólo vacío,
que otro la había desdichado;
pero esperaba que a mi lado
una nueva ilusión sienta
y olvide a quien la ha agobiado;
y cuando yo...
Ya llegado,
también de su parte,
con el amor como arte
olvide que también su alma se iba;
que su vida ya no es cautiva
que junto a mí estaría floreciendo
la alegría fugitiva.
Opacad mi llanto… Que me estoy muriendo.
Hoy… la aurora muestra sus rayos en la cumbre
y la alegría del mundo, grita despertando
dejen a un lado al amargo incipiente,
que aún con el sol latente, frío está aguantando,
cuál paria perdido en la anhelada lumbre.
Si llorar desea, que llore libremente
si aún con el brillo enfrente
sólo acoge el desperdicio,
y a su común oficio
de cargar su cruz se inclina,
no hay razón que se asome a su retina
cuando sólo su sombra va cubriendo,
toda luz que se avecina
Opacad mi llanto… Que me estoy muriendo.
¿Y a ti…no te conmueve mi vida desdichada?
¿Podrás un día parar mi sufrimiento?
para que mi día con el alba no muera,
para que en el sol... Aún con mi último aliento
mi alma en pena se vea de placer inundada.
Pero aunque así no pudiera
me conformo aunque no quisiera:
que si no llego hasta tu altura
besar tus pies será dulzura;
hasta tu desprecio para mí es abrigo,
tal vez de Dios vea un castigo
al no desear seguir existiendo
si no estarás conmigo.
Opacad mi llanto… Que me estoy muriendo.
¡Oh!... Anhelada mía... Pesadumbre de mis grandes quejas,
hoguera ardiente en que mi alma quemó,
oscuro mal que opacarme deseas,
contigo vivo, aunque la vida temo;
la temo a razón que si me dejas,
porque llamarla vida, si vivir para qué sea.
Sentiré temor cuando en mi rostro vea
que todo me ha desamparado
que la alegría he olvidado
que de mí mismo siento temor ahora,
que no hay instante en que mi vida no implora,
al mirar que en tu nido se va perdiendo,
la ilusión que florecía otrora
Opacad mi llanto… Que me estoy muriendo
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