Quisiera que fuera mi rima
dulce como la miel…!
Pero mi corazón, lleno de espinas
rebosa amarga hiel…
Mi corazón cobarde
se niega a comprender,
que después de la tarde
llega el anochecer…
A veces negro y sin estrellas!
A veces frío y lluvioso!
Y está mi andar sin huellas
frente a un oscuro pozo…!
Y mi boca sangrante…sedienta!
Buscando el agua de tus mares…!
Ya casi rebasando los cincuenta
quiero ser el cantar de tus cantares…!
Y tú te acercarás discretamente,
y besarás mi espalda adolorida…
ignorando a la gente…
que me ha dejado el alma…tan herida!