ME GUSTAN LOS JÓVENES
Me gustan los jóvenes.
Me gustan los jóvenes porque no logran ser adultos ni siquiera cuando
quieren demostrar que ya han crecido.
Me gustan los jóvenes porque no sienten que son gente cuando se dan
cuenta de que retrocedieron al tiempo de la infancia.
Me gustan los jóvenes porque hablan con fe, cuando dicen que la
perdieron.
Me gustan los jóvenes porque lloran por amor, cuando dicen que no
necesitan de él.
Me gustan los jóvenes porque se sienten huérfanos cuando dicen que no
necesitan más de sus padres.
Me gustan los jóvenes porque se vuelven locos por una criatura, cuando
dicen que no es necesario ser casto.
Me gustan los jóvenes porque siempre tienen tiempo, cuando dicen que
están con prisa.
Me gustan los jóvenes porque lloran sobre el hombre de uno, cuando dicen
que ni se conmueven.
Me gustan los jóvenes porque rebosan ingenuidad, cuando asumen aires de
maliciosos.
Me gustan los jóvenes porque viven perdonando a aquéllos que ellos dicen
que no deberían ser perdonados.
Me gustan los jóvenes porque cuando se enojan con la sociedad, terminan
por agredirse a sí mismos para no empeorar las cosas.
Me gustan los jóvenes porque, cuando cien que odian, están buscando una
forma de amar mejor.
Me gustan los jóvenes porque, cuando no les gusta la religión y dicen
que la misma no es importante,
inventa una nueva que sea sólo de ellos y de los que piensan como ellos...
Me gustan los jóvenes porque entran en la onda y después hacen todo lo
posible para demostrar su individualidad.
Me gustan los jóvenes porque, cuando sueñan, acostumbran a probar que
están despiertos y cuando están despiertos tratan de estar soñando.
Me gustan los jóvenes porque ellos creen que la utopía no existe.
Me gustan los jóvenes porque creen que vale la pena tratar de valorar lo
que dicen que no vale la pena.
Me gustan los jóvenes porque creen que el mundo necesita unos buenos
retoques o unas vueltas de tuerca para quedar más redondo.
Me gustan los jóvenes porque no confían en sí mismos, ni en el mundo, ni
en la humanidad, pero actúan como si todo dependiese de ellos para que
el hombre sea más gente, para que el mundo sea más
mundo y para que la humanidad sea más humana.
Me gustan los jóvenes porque ellos condenan al perfeccionista y viven
con hambre de Dios y con sed de las cosas que conducen a El.
Me gustan los jóvenes porque son libres y quieren asumir compromisos.
Me gustan los jóvenes porque yo he sido uno de ellos y me gustó ser lo
que fui.
P. Zezhinho.
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