¿ESTAS OCUPADA?
Para ver si por fin me percibías, encendí el cielo para ti,
lo llené de colores y dulces cantos de pájaros...
pero ni siquiera te diste cuenta de ello.
Te miré mientras ibas rumbo al trabajo y esperé pacientemente todo el día.
Con tantas actividades supongo que... estabas muy ocupada para decirme algo.
De regreso, ví tu cansancio, quise rociarte para que el agua se llevara tu stress.
Pensé que agradándote, te acordarías de mí. Sin embargo
, enfurecida, ofendiste mi nombre. Deseaba tanto que me hablaras...
aún quedaba bastante tiempo.
Después encendiste el televisor. Esperé pacientemente mientras
veías tu programa favorito, luego cenaste y
nuevamente te olvidaste de hablar conmigo.
Te noté cansada, entendí tu silencio y apagué el resplandor del cielo
pero no te dejé a oscuras. Lo cambié por un lucero...
Verdaderamente fue hermoso, pero no estuviste interesada en verlo.
A la hora de dormir creo que ya estabas agotada.
Dijiste buenas noches a tu familia,
caminaste hacia tu cama y casi de inmediato te dormiste.
Acompañé con música tus sueños, mis animales nocturnos se lucieron.
No hay problema... porque quizás no te dés cuenta que siempre estoy ahí para ti.
Tengo más paciencia de la que te imaginas.
Quisiera enseñártela para que puedas tenerla con los demás.
Te amo tanto que espero todos los días una oración y el paisaje
que diseño cada amanecer es para ti.
Bueno... te estás levantando de nuevo y no me queda otra cosa que
entregarte todo el amor que siento por ti y continuar esperando que,
al menos, el día de hoy me dediques sólo... un poco de tiempo.
Que tengas un buen día...
Dios.
Por cierto, ¿tendrás tiempo de decirle a tus amigos
que lean esta reflexión o estás... muy ocupada?