Te vi a oscuras, y cantando ante mis ojos, la imagen de tus ojos se quedó, e hiciste surgir en mi un gran fuego, que me enamoró.
A dondequiera que la vista clavó veo tus pupilas llamear; sólo encuentro tu mirada: tus ojos, los tuyos nada más.
Desde mi lugar los miro esa noche los hiciste lucir; cuando duermo los siento que me ven, siento tu mirada sobre mí
Yo sé que hubo fuego esa noche tanto fuego hubo que me hiciste padecer; yo me sentí arrastrada por tus ojos; pero a donde me arrastran, no sé...
Desconozco autor
|