El optimismo no conduce siempre a una alegría expresada
sino que proporciona paz interior a la persona,
y esa paz proporciona una belleza serena que ilumina la personalidad,
También en muchas ocasiones alegra la vida,
pero no necesariamente siempre. Cuando ocurre una desgracia,
por ejemplo, la persona optimista estará triste, pero no desesperada.
El optimismo vence al desaliento y al abandono
que siempre afean la personalidad.
Estan las otras que no dicen nada, porque les falta el optimismo,
que nace en el alma.
Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad
Un pesimista en cambio , ve una calamidad en toda oportunidad .