Mi amor… ¿Recuerdas? Dime…
La tarde cuando nos conocimos,
yo estaba triste y tú te sentaste a mi lado,
me dijiste que en esta vida
nada pasaba en vano…
El tiempo pasó y la herida sanó,
te ganaste mi confianza, mi cariño y mi amor…
Me llamabas por teléfono y me invitabas a salir,
un día me dijiste que me amabas,
y preguntaste que si sentía lo mismo por ti,
yo con un suspiro y una enorme sonrisa te conteste que si…
A partir de ese día mi vida cambió,
pues ya no te veía como a un niño,
ahora ya eras un hombre tierno, cariñoso y comprensivo…
Así siguieron transcurriendo los días, los meses
y cuando finalizaba el año todo se transformó,
pues por asares del destino, algo terrible sucedió…
Aun recuerdo que era un día domingo,
yo estaba feliz porque vendrías por mí,
de pronto sonó el teléfono y me apresure a contestar;
era una voz cortante que entre el llanto me dijo:
“Él murió hoy, estaba enfermo el corazón”
No lo podía creer, corrí a tu casa llorando
como una loca perdida,
y encontré tu cuerpo inerte
que en una caja yacía…
Pensé que era un sueño y trate de despertar,
pero todos me decían: “Es la triste realidad”...
Mi amor… ¿Por qué no me dijiste lo te tu enfermedad?
Bueno, creo que eso no importa ya,
pues fui tan feliz
cada instante que pase junto a ti…
Ahora tú estas en el cielo y yo extrañándote aquí…
Tenías razón, “nada en esta vida pasa en vano”…
P.D. ¡Disfruta cada instante de tu vida, recuerda que cada segundo cuenta!
Desconozco el autor