Si fuera poeta te diría que soy una caja vacía pero lo suficientemente grande para que quepas y más aún para que en ella te acomodes a tu gusto…
¿Pero qué mujer quiere una caja vacía y a alguien que no es poeta para que le cante y pinte de alegría? Y le diga que no está bien eso de la soledad en la vida
Y a quien la importa mi agonía y este crepúsculo tan lleno y tan colorido, tan solo, y tan frío, que anuncia a las estrellas
¡Ah!, cómo quisiera ser poeta y bajarte la luna y siendo de queso servírtela en un gran emparedado yo conforme comas ver como te llamas de blancura…
He sabido que un pobre loco de que tanto estar bajo la luna un día su luz lo convirtió en poeta. Desde entonces, constante, me pongo bajo su manto esperando que alguna ocasión, aunque sea equivocadamente, caiga sobre mí su magia.
Desconozco el autor
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