EL MEJOR USO DE LA VIDA ES AMAR
El amor debe ser tu prioridad, tu objetivo y tu mayor ambición. El amor no es una buena parte de tu vida; es la parte más importante. La Palabra de Dios declara: "¡Que el amor sea para ustedes la más alta meta!" 1 Corintios 14:1. No basta con decir: "Una de las cosas que quiero en esta vida es amar", como si el amor fuera uno de los diez objetivos principales que tenemos. Las relaciones tienen prioridad sobre todo lo demás. ¿Por qué?
1. LA VIDA SIN AMOR NO TIENE SENTIDO. Pablo dice: "No importa lo que diga, lo que crea o lo que haga, sin amor estoy en quiebra" 1 Corintios 13:3.
En ocasiones nos conducimos como si las relaciones fueran algo que conseguimos introducir en nuestros planes. Hablamos de hallar tiempo para nuestros hijos o de hacer tiempo para las personas en nuestra vida. Damos la impresión de que las relaciones son apenas una parte de nuestra vida, junto con tantas otras ocupaciones. Pero Dios dice que lo esencial de la vida consiste en nuestras relaciones con los demás.
Cuatro de los Diez Mandamientos se refieren a nuestra relación con Dios, mientras que los seis restantes tratan de nuestra relación con las personas. Pero ¡los diez tienen que ver con relaciones! Posteriormente, Jesús resumió lo que más le importa a Dios en dos afirmaciones: amar a Dios y amar a los demás. Dijo: "Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón... Éste es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a éste: Ama a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas" Mateo 22:37-40. Después de aprender a amar a Dios, que es la adoración, aprender a amar a los demás debería ser el segundo propósito de la vida.
Lo que más importa en mi existencia son las relaciones y no los logros o la adquisición de bienes. Entonces, ¿por qué le prestamos tan poca atención a las relaciones? Cuando estamos muy ocupados, afectamos el tiempo que dedicamos a las relaciones, quitándoles la energía y atención necesarias. Lo urgente desplaza lo más importante para Dios. La ocupación en múltiples actividades compite con las relaciones. Nos preocupamos en ganarnos la vida, en realizar nuestro trabajo, en pagar las cuentas y en lograr metas, como si vivir consistiera en cumplir estas tareas. No es así. El sentido de la vida es aprender a amar: a Dios y a las personas. El resultado de la resta "vida menos amor" es cero.
2. EL AMOR DURARÁ POR SIEMPRE. Otra razón por la que Dios nos manda hacer del amor una prioridad es que es eterno: "Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor" 1 Corintios 13:13.
El amor deja un legado. El impacto más perdurable que puedes dejar en la tierra es el trato que tuviste con las personas, no tu riqueza o tus logros. Como lo expresó la Madere Teresa: "Lo que importa no es tanto lo que uno hace sino cuánto amor pone en hacerlo". El amor es el secreto de un legado duradero.
He tenido que acompañar a muchas personas en sus últimos momentos, cuando están al borde de la eternidad, y nunca las he escuchado decir: "¡Traigan mis diplomas! Me gustaría mirarlos una vez más. Muéstreme mis premios, mi medalla, el reloj de oro que me regalaron". Cuando nuestra vida sobre esta tierra llega a su fin, no nos rodeamos de objetos. Queremos estar rodeados de personas: de seres queridos y con quienes nos relacionamos. Llegados los últimos momentos, todos nos damos cuenta de que la vida consiste en relaciones. La sabiduría consiste en aprender esta verdad lo antes posible. No esperes a estar en tu lecho de muerte para reconocer que esto era lo más importante.
3. EL AMOR SERÁ LA NORMA PARA EVALUARNOS. Aprender a amar debe ser el objetivo de la vida ya que será la norma que Dios usará para evaluarnos en la eternidad. Una de las maneras que Dios utiliza para medir la madurez espiritual es la calidad de nuestras relaciones. En el cielo Él no nos pedirá que le contemos sobre nuestra carrera profesional, nuestra cuenta bancaria y nuestros pasatiempos, sino que revisará cómo tratamos a otras personas, en especial a los necesitados, Mateo 25:34-46. Jesús dijo que la manera de amarlo es amar a su familia y atender sus necesidades prácticas: "De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis" Mateo 25:40.
Cuando nos transfieran a la eternidad, dejaremos todo detrás. Lo único que llevaremos encima será nuestro carácter. Por eso la Biblia dice: "En Cristo Jesús... lo que vale es la fe que actúa mediante el amor" Efesios 1:18.
Con esto en mente, te sugiero que cuando te despiertes todas las mañanas, te arrodilles junto a tu cama o te sientes en el borde de la cada, y ores: "Dios, haga lo que haga hoy, quiero asegurarme de dedicar tiempo a amarte y amar a los demás: mi vida consiste en eso. No quiero desperdiciar este día". ¿Por qué habría Dios de darte otro día si no lo vas a aprovechar?
|