Amanece... Tu lecho ofrenda al alba el despertar de tus cabellos serpenteantes, voraces, insumiéndose en la sinuosa argamasa de montes, valles, furtiva piel de luna menguante, y tu mirada desnuda que encandila la mañana.
Entre los faroles que desafían el encuentro mi pluma abre tus pétalos en un esbozo de luz, mis labios te sorprenden en escorzo infiel... Entregada al goce inexpugnable preñada de sol, vertiente incansable es el rumor de tu morada profunda que se escurre entre mis dedos, cual aroma de narcisos.
Transcurren esos segundos en que la muerte me invade, para retornarme a la vida y con ella a la penumbra que habita en el umbral de tus curvas armoniosas y te separa del devenir de mi mano esperanzada...
Desconozco el autor
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