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Escrito por el Dr. José Luis González,
"Si anduviere yo en medio de la angustia, tu me vivificaras"
(Salmos 138:7
La angustia también tiene niveles de profundidad. Hay angustias que duran muy poco, como la que sientes cuando vas a una entrevista. Hay otras que duran un poco mas, como cuando has extraviado una joya. Pero hay otras que te sientes morir, aquellas en las que tienes que responder por cosas valiosas, aquellas que tienen plazo, en las que los minutos pasan volando para encontrarse con el compromiso, ante el cual debes pagar, o cuando el enemigo te acecha cada día más y más, o cuando un familiar gravemente enfermo tiene los días contados.
Esa angustia es desesperante, mata poco a poco, y hace desear hasta ser crucificado en lugar de estar sugiriendo una muerte lenta, porque ya no hay fuerzas para enfrentarse, ya no hay medios para abonar un solo centavo, y aun mas, ya no hay ni una gota de alegría en el corazón. Esa es una angustia profunda, por que te das cuenta que estas en un planeta hostil, yermo totalmente, lleno de piedras calientes, con serpientes y escorpiones por todos lados, en donde la gente buena no prospera y en donde los malos, los astutos, los estrategas y los que usan la inteligencia para engañar, están muy prosperados y cada día ponen mas y mas cargas sobre los pobres; en donde el mas fuerte o el mas bello se cree muy superior a los que no tienen oportunidad.
Esa es una angustia profunda, en ella estuvo David, cuando se vio destituido de la comodidad, del calor familiar y de una noche feliz en su cama.
Pero hay muy buenas noticias para ti, hay excelentes noticias para ti que estas en medio de la oscuridad del terror, a ti que te quedan horas para sucumbir, a ti que ya nada más tienes un hilo muy fino de fe. Y esa noticia, para ti que has esperado en Dios, que has clamado día y noche por una solución, donde únicamente el milagro de Dios es la solución. Para ti es la buena noticia, ya que tú estas en los planes de Dios, y esos planes son buenos, por eso dijo el salmista a continuación del mismo versículo citado:
"Contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano, y me salvara tu diestra. Jehová cumplirá su propósito en mi; tu misericordia, Oh Jehová, es para siempre; no desampares la obra de tus manos"
Oración:
Primer 
