El 95% de nuestros pensamientos negativos son subjetivos y por lo tanto, alejados de toda la realidad. Y tan sólo el 5% se basa en datos razonables, con lo cual se puede decir que la mayoría de los pensamientos no válidos son los que nos perturban y los que nos producen inquietud. Por lo tanto ¿qué sentido tiene que estos pensamientos nos amarguen el día a día? Es mejor tratar de olvidarlos y sustituirlos por un juicio más objetivo y positivo y sobre todo ponerle freno.
Los pensamientos negativos no se generan por sí solos, necesitan que alguien los alimente. Por lo tanto, si quieres librarte de ellos, no tienes más que dejarles morir, no hacerles caso.
Cada vez que te asalte una inquietud, trata de cortarlo de raíz, puedes pensar en una palabra como stop que repetirás constantemente o bien evadir el pensamiento con una actividad que te aleje de los pensamientos perturbadores. Nada de contagiarte del pesimismo, por lo tanto comienza el día con una sonrisa, eso de cantar debajo de la lluvia es un buen hábito y si te mueves en un ambiente donde ronda el pesimismo o la negatividad, trata de no contagiarte, sigue tu propio rollo. Si tienes un momento difícil o una situación crítica, intenta no perder las riendas y el control. No te dejes llevar por la desidia o la indulgencia ya que no hará más que agravar el problema. En tiempo de tormenta, lo mejor es mantener la calma. Disfruta al máximo de tu tiempo libre realizando actividades que te resulten placenteras y así, llevarás mejor la situación difícil y encontrarás una salida. El pasado es eso "pasado" con lo cual no sirve de nada obsesionarte con ello. Dicen que el 90% de los pensamientos que tenernos hoy son los mismos que tuvimos ayer y el día anterior. Es lo que llamamos darle vueltas al mismo asunto una y otra vez, y ello nos desgasta anímicamente. Haz borrón y cuenta nueva, rompe con los viejos patrones y disfruta el presente y el momento.
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