Cuando duermes, es tu aliento una brisa ligera en el verano, cuando te beso, hueles a sueño y sabes a sal, y tiemblas como agua mansa al poner sobre ti mis manos, yo nadaría en ti hasta ahogarme, pero no te quiero despertar.
Cuando duermes, hay tanto silencio que afuera nieva, y late tu corazón despacio, exhausto de tanto amar, y suena como los pasos de tus hijos sobre el piso de madera, y si me acerco a tu pecho y escucho, se oye romper el mar.
Desconozco el autor
|