Se me acabaron las fuerzas
Al lugar que siento seguro
no dirijo mis pasos sólo los guío,
un lugar donde no hablo sólo susurro
el lugar donde siento calor y no frío.
He perdido la brújula
no tengo fija la meta,
mi vida la siento vacía
la muerte la siento completa.
Mis pasos ya se han cansado
de tanto llamar a la puerta,
me voy sintiendo agotado
se va terminando mi fuerza.
Todo se ha vuelto lo mismo
las mismas calles los mismos pasos,
nada en mi vida es distinto
simples bosquejos sin trazos.
Podría caminar con los ojos cerrados
mi andar acotado en una gruta,
ni siquiera varían los sonidos
los mismos ecos, la misma ruta.
No he podido encaminar mis pasos
nada me ayuda esta monotonía,
suelto amarras y suelto los lazos
voy navegando a la deriva.
Ansío llegar a la orilla
anhelo sentirme otra vez vivo
como antes que siempre veía,
la luz al final del camino.
Todo parece siempre lo mismo
los pasos siguen la ruta de siempre,
cruzar una calle parece un abismo
un fantasma le parezco a la gente.
Por las calles va mi cuerpo inerte
pareciera que camina sin vida,
me asusta voltear a mi cuerpo y verle
que no sé por dónde sangra la herida.
No deseo que alguien se sienta como yo
porque de verdad que el mal es mortal,
o te va carcomiendo al inicio
o termina por comerte al final.
Espero y deseo que me ayudes
Dios mío a pasar está prueba,
en verdad deseo que me apoyes
haz que recobre la fuerza.
Coloca tu mano en la herida
por favor mitiga está dolencia,
se va perdiendo mi vida
se me está yendo la existencia.
A pesar de todo aun creo en el mañana
aunque sólo cuando vea a mis hijos,
cuando tienen su carita en la almohada
y con aquella frazada azul los cobijo.
Cuando dejo un beso en su cama
pienso que al otro día será todo distinto,
confío en que tu señor me darás calma
y sentiré de ti el mismo cobijo.
A fin de cuentas yo también soy tu hijo
y sé que me ayudarás con estas tristezas,
pero si notas que no siento tu abrigo
no es que yo te haya fallado, sólo es…
que ya se me acabaron las fuerzas.