Si vives siempre preocupado por el futuro, la ansiedad será tu compañera constante.
Si alguien te persiguiera queriendo asestarte un golpe, o si un perro te siguiera queriendo morderte, tendrías una justificación para sentir miedo.
Pero el miedo que generalmente experimentas no tiene nada que ver con algo inmediato, concreto y verdadero.
Se presenta de muchas formas: incomodidad, preocupación, ansiedad, nerviosismo, tensión, temor, fobia, etc.
El mismo se basa en algo que podría pasar, no en algo que está ocurriendo ahora.
Tú estás en el aquí y ahora mientras que tu mente está en el futuro. Eso crea ansiedad.
Tú puedes siempre hacer frente al momento presente, pero no puedes hacerle frente al futuro, porque él mismo, es sólo una expectativa.
Si siempre estás preocupado, si pasas pensando en ¿qué pasaría si…? Significa que te has dejado dominar por tu mente, que estás proyectándote a una situación futura imaginaria y creando miedo.
No hay forma de que puedas hacerle frente a esa situación, porque no existe; es sólo un fantasma mental.
Tú puedes detener esta locura que corroe tu salud y tu felicidad, simplemente reconociendo el momento presente.
Todo lo que tienes que manejar o enfrentar es la vida real en este momento.
Tú puedes enfrentar el “ahora”, pero nunca podrás enfrentar el futuro, ni tienes que hacerlo.
La respuesta, la fuerza, la acción o el recurso correcto estará allá cuando lo necesites, no antes ni después.
Cuando te des cuenta que estás divagando en algo futuro, vuelve a tu presente, respira profundo; siente el aire que fluye de y hacia tu cuerpo; siente tu energía interior, y vas a recobrar tu tranquilidad, y tu paz.
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