Naciente siempre estás en ese jardín de las flores, cuyo matiz de colores navega en tu sonrisa, floreciendo sin prisa en tu fragancia.
Perfume de añoranza que se eleva en miles de colores, navegando en el esplendor supremo de tu alma.
Tu fragancia vuela entre campos verdes de colores, y sobrevive en los jardines de espinas que proliferan en tus sonrisas.
Naciente esta siempre tu aroma que emerge de tu alma, y perfuma el universo con la sola magia que asciende en tus palabras.
Porque no existe fuente necesaria que mantenga viva una esperanza, cuando nace en tu silencio la idea de dejarla.
Tu perfume da embeleso eterno a cada emoción que prodigas, y atrapas las miradas de quienes no pueden eludirte, ya que flor de blanca nube, siempre despiertas supremas emociones que llaman la atención.
Pero si vuelan tentaciones cuando tus emociones se desviven por el alma, haciendo que del suelo infértil, brote siempre por delante, naciendo en tus colores, los paradigmas eternos de virtudes insaciables.
En equidad suprema, va siempre tu existencia que nos eleva entre tus pétalos, cuando no podemos cansarnos de admirarte, con tu simple amistad de ternuras, con tu suprema voluntad de cariño.
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