En el museo de tu cuerpo quiero ser una reliquia
y recorrer en silencio todas tus artesanías.
Iré con cuidado para no quebrar la pieza en tu fe,
para no romper la armadura de tus labios.
Soy visitante, un turista
que sólo puede tomarte fotografías...
Somos mundos distintos,
pero compraré una postal.
Para recordar tu cabello con ese listón guinda.
Para no olvidar la lista de cosas que quiero contarte.
Porque sé que volveré a ese lugar donde te encontré.
Porque sé, se abrirán nuevas carreteras y no habrá atajos.
Sólo estaremos tú y yo en el viaje de nuestras vidas,
dejando ir el autobús de las despedidas.
Transportándonos en la vía de lo sagrado,
porque yo a tu boca alabo.
Guárdame en el vagón de tu corazón,
y estaciónate en la cicatriz de mi cuello.
Este amor no tiene fecha de caducidad,
tampoco lo puede comprar el dinero.
En el carrusel de la vida
yo quiero girar.
Marearme en tus brazos. Sonreír.
Resfriarme de alegría, tener fiebre por sentirte aquí.
Soy visitante, y quiero una entrevista.
Dime ¿Crees en el amor a primera vista?
¿Podrías darme un autógrafo?
¡No traigo papel!
Pero puedes firmar aquí, justo aquí.
En mi corazón.
Que la tinta sea tu saliva.
A través de esa vitrina
pude reconocer el brillo de tus pupilas.
Quiero ser el suvenir de tu boca,
y llevarte conmigo como una ola peligrosa.
Reposar en el pareo de tu ingenuidad...
Ser el bloqueador en tu espalda
y adherirme a ti.
Conseguir el croquis de tu vientre
y conquistar tierras ajenas.
Tú eres mi patria.
Tú, mi doncella.
Desconozco el autor