Comienzo, como siempre,
mirando al cielo...
escribiendo otra vez.
¿De qué?
de ti...
¿Para quién?
para mí.
¿Por qué?
Ya no se...
y sí, es la única pregunta
que no puedo responder,
es el único horizonte
que no puedo ver
y el único lugar
donde me puedo esconder...
Mírame,
tus ojos podrán
no ser luceros,
pero sé que sí,
que siempre sí
serán sinceros.
¡Espérame!
¿Para qué?
no sé...
tal vez, tú y yo
algún día
podamos ser
la forma en la que
la tristeza sonreirá
cuando no haya nada...
nada que perder.
Este es el poema de un amor que a pesar del tiempo, el espacio y la inseguridad; se niega a morir
Desconozco el autor