Vestirse de felicidad
Un rico hacendado buscando al hombre que vestía la felicidad, recorría las aldeas y ciudades; al preguntar acerca del paradero de éste, encontraba siempre que minutos antes acababa de marcharse de ese sitio. Su incesante búsqueda se debía a que deseaba comprar a cualquier precio el primoroso vestido y de esta manera alcanzar ese preciado don. Largos años invirtió en este proyecto, y cuando estaba a punto de renunciar a su empresa, le notificaron que el hombre que vestía la felicidad llegaría esa tarde a su pueblo. Inmediatamente se dirigió a las afueras del lugar para encontrarlo primero que nadie y ofrecerle todo el oro que disponía para comprar el anhelado vestido. Sin embargo, grande fue su pena cuando al verle llegar al pueblo notó que el hombre venía sin ningún ropaje. Se le acercó y le dijo: -¿Dónde está el vestido de la felicidad que tanto he buscado? El hombre le contestó: -No existe tal prenda, la felicidad es un vestido que se lleva por dentro y que sólo puede ser observado a través de los ojos ajenos.
Thomas Jefferson