Amada mía y muy esperada llegaste un día de primavera y ni siquiera sabía quién eras tu llegada fue en tristeza y Dios te dio alegría y fortaleza.
Si me preguntan cuando fue, Si me preguntan cómo fue, que Dios, nuestra amistad quiso hacer, no lo sé pero si sé que lo hizo.
Amada mía, lo hizo para darme vida y refrenar los ímpetus de agonía, porque eres como un brioso corcel que me apacigua mi diario vivir dando más sentido a mi existir.
Sé bien que Dios te envió para darme vida, amada amiga eres importante para mí, eres importante para los demás por eso Dios nos une cada vez más para ti amiga que me das vida y apaciguas mi existir.
Desconozco el autor
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