DE
CHIQUITO BENITEZ
Despuès de diez
años, de aquel
suceso desgraciado,
en que te perdì,
amor mìo,
hoy tengo que decirte,
si de algùn lugar
me estàs escuchando,
que te echare de menos,
todo lo que reste
de mi vida,
has sido, y sigues siendo,
el amor que tanto
busque,
el que tanto soñe con tener
a mis pies,
y en eso te has acercado
a la perfecciòn,
por ser aquella persona
compresiva, confiable,
intuitiva,
que no hacìa faltaba que dijera
algo,
para que supieras
lo que en el fondo
querìa,
sin poder imaginarme
nunca
lo que ahora estoy
padeciendo...
Pero, Dios, quiso llevarte
de repente,
acaso, sin despedida,
y tal vez, haya sido,
una señal, aquella
tarde en que recibì
de ti, aquel ramo de flores
recièn cortadas,
llevàndolas
a mis manos,
como ese obsequio sagrado
que entregan los
prìncipes
a su amada,
como esa llave especial
que abrirìa la puerta
de un corazòn esperanzado,
en el cual has habido
entrar para refugiarte
en èl y permanecer
guardado...
Te amo,
màs que a mi vida,
siento que ya no me
podrè recuperar
de tu ausencia,
aunque vengan voces
de aliento para
consolarme;
se muy bien
que todo mi amor
encerrado
se ha ido contigo,
y que llevo solamente
el alma vacìa
colmada de soledad,
en la cual,
solo intenta sobrevivir,
hasta que algùn dìa,
tus manos suaves
a las mìas
quisieras alcanzar,
por tratarse,
sin dudas, de un amor
infinito...
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