Si en un siglo de egoísmo navegamos tiende tus manos, con amor fraterno, a todo el que sufre y no tiene amparo Se indulgente, con aquel que sufre, con el hombre enfermo, con el niño vago entrega amor al tender tus manos Todo el mundo ansía palabras cordiales caras sonrientes, dulces, complacientes, manos tibias como el sol poniente que cubran, con cálidos rayos la fe ya perdida, de todos los hermanos. Si no tenemos nada! solo manos rudas y morenas manos de labriego, de esforzado obrero. Recuerda la semilla que en tu alma guardas, abre tu corazón y entrégalo sin miedo. Todos juntos, en un surco sembraremos semilla de amor, para que germine el grano y florezca el amor que todos anhelamos.
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